acontecimientos existirán solamente por sus decretos divinos y soberanos. A los pecadores creyentes puede declararlos justos sin que lo sean. Eso es justificación. La justificación, sin embargo, nunca ocurre sola en el plan de Dios. Siempre está acompañada por la santificación. Dios no declara a los pecadores legalmente justos sin hacerles justos en la práctica. La justificación no es simplemente una ficción legal. Cuando Dios declara a alguien justo, inevitablemente
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